Realizar una correcta previsión de tesorería nos permite tomar mejor las decisiones ya que supervisa el flujo de caja de la empresa o entidad de tal manera que nos permite llevar un control interno del dinero disponible en cada momento.
De ahí la importancia de llevar a cabo una precisa previsión de tesorería, donde tendremos en consideración los pagos y cobros previstos en un momento determinado y de esta manera anticiparnos a situaciones de falta de liquidez y mejorar al mismo tiempo la toma de decisiones futuras tanto a corto plazo como a largo plazo.
La previsión generalmente se realiza con un documento, a menudo en formato Excel, donde se especifican los cobros previstos (cobros clientes, cobros de ayudas, subvenciones, donaciones, cuotas socios, etc ..) y los pagos previstos (a proveedores, impuestos, sueldos, suministros, alquileres, etc ..). Partiendo de un remanente inicial, calcularemos el dinero que está previsto entrar y el que está previsto salir, tanto de caja como de los bancos, para llegar a saber el remanente disponible o la falta de liquidez en un momento determinado.
Cuando hablamos de previsión de tesorería, concretamente de cobros y pagos, hay que tener claro que no siempre la fecha de la factura (emitida o recibida) coincide con la fecha de cobro o pago prevista. Esta última fecha o momento, es lo que debemos considerar a efectos del cálculo de la previsión de tesorería, ya que es la garantía de disponer del dinero suficiente para hacer frente a los pagos.
La previsión de tesorería generalmente se elabora a nivel mensual, haciendo una relación de cobros y pagos previstos cada mes, llegando a un remanente disponible a fin de mes, que se arrastrará al inicio del mes siguiente. Esta información se actualiza con la finalidad de partir de un remanente inicial real, y se van ajustando las previsiones a medida que dispongamos de más información. Lo más habitual es hacer una previsión mes a mes, pero también es importante tener una estimación anual o bianual, de cara a valorar la viabilidad de proyectos e inversiones futuras.
Visto el momento en que no dispondremos de la suficiente liquidez para hacer frente a los pagos, se deberán tomar las medidas necesarias mediante la negociación con clientes o proveedores, o mediante la obtención de financiación externa. Habrá que analizar si se trata de un momento puntual o no, ya que de ello dependerá la posibilidad de solicitar ayuda puntual (utilizar una póliza de crédito, etc ..) o plantearnos la necesidad de obtener más fuentes de financiación o generar nuevas actividades que nos generen nuevos flujos de efectivo.
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